¿Ha diluído el impacto de nuestra sociedad atea al evangelio? ¿Los creyentes quieren más bendiciones, promesas y la prosperidad, y menos la santidad, el sacrificio y la transformación? Berteau dice que es hora de dejar de diluir el mensaje comprado por la sangre de Jesús y fortalecer nuestra fe para que podamos vivir auténticamente en Cristo y hacer una diferencia en el mundo.