Para muchas personas el poder y propósito de la Sangre derramada de Jesús es para “lavarnos de los pecados”. ¡Esto es grandioso y maravilloso! Pero hay más, mucho más. Hay poder que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo quieren que tú aproveches, si tú no te beneficias de todo el poder que Jesús compró con su sangre será una verdadera tragedia.